Tenemos una percepción fuera de la realidad de lo que esperamos ver en el espejo, esta percepción es algo aprendido.  Cuando vemos a un bebé nadie lo ve feo por tener gorditos en los brazos y piernas o por tener el pelito parado, entonces ¿por qué juzgamos tan duramente a esa persona del espejo?

Si un amigo te dijera las cosas que tú te dices cuando cometes un error o cuando te ves al espejo, esa persona, ¿seguiría siendo tu amiga?, probablemente no.

Es muy común en casi todas las personas el tener una mala relación con nosotros mismos especialmente cuando nos vemos al espejo; tenemos una mala autoimagen corporal.  Conozco personas que no soportan verse desnudas en un espejo, no por pudor sino porque literalmente odian lo que ven.  ¿Cómo podemos cambiar la forma en la que juzgamos el reflejo del espejo?

1. Desconéctate

Los medios de comunicación no ayudan a que tengamos una buena imagen de nuestro cuerpo; ni al que tiene sobrepeso, ni al que está abajo de su peso ni al que está en su peso sano.

Estamos bombardeados de imágenes del “cuerpo perfecto” que en el 99% de los casos no existe como lo vemos, es un cuerpo retocado con Photoshop o algún software similar.

Estas imágenes falsas o de personas que hasta se ven enfermas nos empujan a buscar ese cuerpo perfecto pues están hechas de tal forma que “nos dicen” que si logramos ese cuerpo vamos a ser felices, a tener la pareja ideal (obviamente también con el cuerpo perfecto) y por ende la vida ideal.  Ver eso nos lleva inevitablemente a compararnos y a darnos cuenta de que “somos imperfectos” y esto nos empuja buscar la perfección en la dieta, en la vida y en las relaciones.  Hacemos de todo para lograr ser como esa imagen perfecta y tratando de lograrlo abusamos de nosotros mismos con dietas de hambre, masajes, pastillas peligrosas y más.

La solución: desconéctate el mayor tiempo posible, ponte un horario para revisar tus redes sociales, televisión etc., y busca opciones que te nutran el alma como salir a dar un paseo, hacer alguna manualidad o leer un buen libro con una deliciosa taza de té.

2. Vive la felicidad

Creemos que vamos a ser felices cuando…cuando bajemos X kilos, cuando tengamos aquel ascenso en nuestro trabajo, cuando compremos el coche de nuestros sueños o cuando tengamos al hombre o mujer ideal…y se nos olvida que la vida está sucediendo ahora, que este momento no regresa y nada nos garantiza que vayamos a llegar a mañana. Si posponemos la felicidad para el futuro dejamos de apreciar y vivir la felicidad del presente.

Tenemos hasta la costumbre de guardar las cosas que más nos gustan para el futuro.

Yo antes hasta guardaba el vestido hermoso que había comprado para “otro momento” y muchas veces lo encontraba varios meses después en el closet, nuevo y sin poderlo usar ya porque se me había pasado el clima (la temporada) para poderlo usar; ¿te ha pasado?

Conozco a muchas personas con el cuerpo perfecto, el trabajo perfecto, la pareja perfecta y ¿sabes?, no son perfectamente felices.

La solución: Enfócate en ser feliz hoy.  Pon tu atención y tus expectativas en el momento presente, cuando dejamos de anhelar el futuro y nos enfocamos en el hoy volvemos a disfrutar las cosas que nos hacían ser felices de niños como el estrenar nuestra ropa nueva o caminar bajo la lluvia.

Disfruta tu vida hoy porque el momento seguro sólo es ahora.

3. Escucha a tu cuerpo.

Cuando no escuchamos al cuerpo nos sentimos alejados de él, no lo vemos como parte del todo; de nuestro todo.  Esto nos lleva a comer de más, a darnos atracones, a hablarnos a nosotros mismo de forma despectiva y hostil, a sobre ejercitarnos o a hacernos muy flojos; nos lleva al extremo pues no ponemos atención a lo que nuestro cuerpo realmente necesita.

La solución: Tranquilízate, relájate, haz una actividad física donde tu cuerpo se exprese sin sufrir.

Para poder escuchar bien debemos estar en un espacio de tranquilidad, permite que tu cuerpo se exprese con el movimiento, al comer con consciencia plena o al respirar profundamente.

Nuestro cuerpo es sabio y en un estado de tranquilidad vamos a poder escuchar esa sabiduría.

4. Escucha a tu mente.

Los seres humanos repetimos todos los días entre el 70% y el 80% de los miles de pensamientos que tenemos diario, y la mayor parte de esos pensamientos que repetimos todos los días…son pensamientos negativos acerca de nosotros mismos, con esos pensamientos negativos todo el día no es de asombrarnos que no podamos lograr nuestras metas en cualquier área de la vida. Trata de darte cuenta cuántas veces al día te dices algo hostil como “estoy gorda”, “no me lo merezco”, etcétera.

Cuando nos atacamos de esa forma la mente lo percibe como un verdadero ataque y activa toda la química del estrés; esta química te enferma como vimos en ¿Mala digestión?, relájate , Piénsalo, lógralo y Mira qué fácil es nivelar el cortisol en tu cuerpo

Solución: Muchos de nuestros pensamientos negativos se activan en automático y no es fácil reconocerlos, escucha el podcast Decídete a ser hoy mejor que ayer para cambiar tus pensamientos negativos de raíz.  Hay otros pensamientos que sí podemos reconocer de inmediato.  Empieza cambiando los que puedes reconocer; cuando te des cuenta de que te dijiste algo ofensivo cámbialo de inmediato, llénate de amor y repítete mentalmente “te amo”.

5. Aprende a amar tu cuerpo

En esta búsqueda de la perfección dejamos de honrar y apreciar nuestro cuerpo y a veces llegamos hasta a odiarlo completo o a odiar alguna parte de él, y se nos olvida que es el único lugar que tenemos para vivir.

No podemos pretender alcanzar la felicidad a través de un camino de odio.

Si quieres bajar de peso, subir o correr un maratón no lo vas a poder lograr si te dices “gorda”, “flacucha” o “fodongo”.

Solución: Aprecia tu cuerpo, date cuenta de que te ha traído hasta este momento y le debes amor y agradecimiento; acéptalo y hónralo cuidándolo como lo que es, tu templo.  Cuídalo y consiéntelo con masajes, cepillados en seco, un baño de espuma, etcétera.

La autoimagen que tenemos de nosotros mismos define en mucho qué vamos a poder lograr; cuando tenemos una autoimagen positiva lograr cualquier meta es mucho más sencillo.

¿Y tu, qué vas a hacer para sanar tu imagen corporal?