Mi cuerpo no es mi amigo.

Mi cuerpo no es mi amigo.

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Muchas veces tenemos la sensación de que nuestro cuerpo nos traiciona, de que a pesar de nuestros esfuerzos para sanar o para bajar o subir de peso, nuestro cuerpo no responde, ¿será que es mi enemigo?

 

¡No! tu cuerpo ES tu mejor amigo.

 

El problema es que la mayor parte de las personas no vivimos dentro de nuestro cuerpo.

 

Creemos que nuestro cuerpo es sólo el vehículo en el que nos movemos por la vida.

Vivimos en nuestra mente sin ponerle atención al cuerpo, sin darnos cuenta de que lo que más anhelamos es vivir EN nuestro cuerpo otra vez.

 

Cuando somos jóvenes disfrutamos y vivimos en nuestro cuerpo, pero conforme vamos creciendo olvidamos el cuerpo y empezamos a vivir únicamente en nuestra mente, nos confinamos al ático de la mente y desde ahí “vivimos” la vida.

 

Allá arriba, en la torre de nuestro intelecto, estamos casi completamente desconectadas de nuestro cuerpo, pero al mismo tiempo, estamos obsesionadas con su apariencia.

 

No sólo juzgamos la apariencia de nuestro cuerpo, sino que también lo llenamos de auto odio.

 

Piensa en todos los comportamientos autodestructivos con los que atacas tu cuerpo, como el llenarlo de comida, de azúcar, de drogas, de alcohol o de tabaco, o el hacernos masajes aunque duelan para “deshacer la grasa” o inyectarnos productos para quemar grasa o hasta cirugías terribles o usar pastillas para adelgazar con el fin de aceptar un poco nuestra apariencia física.

 

También lo cargamos con exceso de trabajo, falta de ejercicio, falta de descanso, y muchos otros comportamientos que sabemos que lo lastiman.

 

La ciencia ha ayudado mucho a que estemos desconectados de nuestro cuerpo.

 

La ciencia analiza, estudia y clasifica las diferentes partes de nuestro cuerpo, pero se olvida de la inteligencia que tiene el cuerpo como un todo.

 

No somos un hígado y el que el hígado funcione bien no depende únicamente del hígado, nuestro cuerpo, como un todo, tiene una inteligencia increíble que no se puede dividir en partes, todo está interconectado: cuerpo, mente y alma.

 

La salud de nuestro cuerpo depende de la armoniosa interconexión del cuerpo con la mente y el alma.

 

Nuestro cuerpo es nuestra verdadera casa, el único lugar que tenemos para vivir.

 

Nuestro cuerpo es nuestro mejor amigo, y a pesar de todo lo que hacemos, sigue hacia adelante, buscando estar sano, porque nuestro cuerpo es parte de nosotros.

 

No somos sólo un cuerpo, pero el cuerpo sí es parte de lo que somos.

 

Tenemos que regresar a nuestro cuerpo, regresar a habitar bajo nuestra piel.  Permitirnos sentir y escuchar la enorme sabiduría que ya tenemos dentro de nosotros.

 

Nuestro cuerpo es un regalo y no importa su color, su tamaño o su edad.

 

Cuando regresamos a nuestro cuerpo, cuando lo escuchamos y le ponemos atención, descubrimos que está comunicándose continuamente con nosotros y nos está dando señales de cómo sanar y de cómo vivir mejor.

 

También nos damos cuenta de que entre más lo escuchamos más fácilmente podemos acceder a la enorme sabiduría que hay dentro de cada uno de nosotros.

 

Cuando aprendes a escuchar tu cuerpo, aprendes también a escuchar a otros.  Los escuchas realmente, no estás solo oyéndolos y pensando en qué vas a contestarles.  Esto es especialmente importante si tienes hijos, para que aprendas realmente a escuchar más allá de lo que dicen con palabras.

 

Reconecta con tu cuerpo.

 

Cierra los ojos y respira profundamente varias veces y siente tu cuerpo.

Siente tus manos y enfócate en sentir su energía, con sólo poner tu atención en tus manos vas a sentir esa energía, porque tú eres energía, tu cuerpo es pura energía que se está expresando continuamente.

Siente tus pies, enfócate en ellos y siente la energía.

Recorre cada zona de tu cuerpo, de pies a cabeza y siente, conecta de nuevo con este querido amigo que es el único lugar que tienes para vivir.

Estar 100% presentes en nuestro cuerpo, habitando bajo nuestra piel, es un regalo.

 

Cuando tocas tu cuerpo con el poder sanador de tu atención, los milagros empiezan a suceder.

 

Conecta con tu cuerpo varias veces al día, abre las puertas a su inmensa sabiduría y en pocos días vas a notar un cambio increíble en tu forma de actuar.

 

 

Esta entrada tiene 4 comentarios

  1. María Rosa Aguilar

    Muy bello cuanta verdad nunca le tome enfoque a mi cuerpo y es como dice es el único q me acompaña a todos lados

    1. Renata

      Así es, es nuestra casa real, beso

  2. Claudia Bocardo

    Wow interesante información. Para poner en práctica , esxuchar y poner atención a nuestro cuerpo, estoy de acuerdo con lo que compartes muy lógico

    1. Renata

      Gracias!! y en cuanto la poner en práctica te asombras de loa resultados, beso

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