¿Le tienes miedo al hambre?

¿Le tienes miedo al hambre?

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Hay que agradecer que tenemos hambre, significa que estamos sanos y vivos, pero muchas veces no sabemos cómo honrar nuestra hambre y eso nos lleva a tener una mala relación con la comida y con nosotros mismos.

Miedo al hambre

Tenemos tantas creencias falsas en la cabeza que muchas veces le tenemos miedo al hambre, es por ese miedo que tanta gente toma pastillas para quitarse el hambre.

Creemos que el hambre es lo que nos hace engordar, que si no tenemos hambre vamos a bajar de peso y eso nos lleva a ver el hambre y obviamente la comida, como el enemigo al que hay que vencer.

Agradece que tienes hambre, eso es síntoma de que estás viva y sana.

Entiendo perfectamente el miedo al hambre, yo lo tuve por muchos años; cuando me daba hambre hasta me ponía de mal humor, yo tenía muchas falsas creencias alrededor de la comida y una de las más importantes era esta:

La creencia falsa de

hambre = engordar

es una de las que más daño nos ha hecho.

Cuando aprendí a honrar mi hambre empecé a transformar de forma positiva mi relación con la comida.

Honra tu hambre.

Cada vez que tengas hambre sigue estos pasos y transforma tu relación a una en donde el hambre y la comida sean tus aliadas.

Paso 1. Siente tu hambre

Ponle atención, ¿dónde la sientes?, es en la boca, en el estómago, en la cabeza o es en todo el cuerpo.

Hambre no sólo es cuando el estómago hace ruidos (este ruido se llama borborigmo), hambre es cuando queremos comer, con o sin borborigmos

Siente tu hambre e identifica dónde la tienes SIN JUZGAR.

No te pongas a pensar cosas como “ya tengo hambre otra vez y eso que acabo de comer” o “esta hambre es la que me hace comer de más” ni nada de eso.

Paso 2. Respira EN tu hambre.

Ya que identificaste en dónde la sientes, respira, imagina que el aire llega a ese lugar, a esa sensación de hambre y respira llevando el aire dentro de tu hambre.

Dale la bienvenida a tu apetito y relájate en la sensación de hambre.

Esto, entre otros muchos beneficios que tiene, te va a llevar al estado metabólico ideal en el que vas a asimilar y digerir perfectamente bien lo que sea que comas.

Paso 3. Agradece por tu hambre.

Este es un paso importantísimo ya que al agradecer dejas de ver tanto el hambre como la comida como enemigas.

Si tu hambre es tu enemiga te vas a estresar cada vez que tengas hambre, como me pasaba a mi, y eso sólo va a hacer que sí subas de peso cada vez que comas porque

¡Comer con estrés engorda!

Sentarnos a comer con el enemigo es de las situaciones más estresantes que podemos vivir todos los días.

Al agradecer no sólo te relajas, sino que empiezas a cambiar tu percepción ya que si tienes hambre es porque estás viva y sana.

Paso 4. Indaga.

Pregúntale a tu cuerpo ¿de qué tienes hambre?, no a tu mente sino a tu cuerpo.  Sé que suena raro, pero confía en el proceso y pregúntale a tu cuerpo.

Puedes tener hambre de comida o tal vez de una buena plática, o de descanso, o de actividad o de muchos otros tipos, también puede ser sed.

El hambre que sentimos muchas veces no es de comida.

Paso 5. Toma la decisión de tomar buenas decisiones.

Muchas veces no tomamos buenas decisiones porque no estamos conscientes de que cada cosa que hacemos o dejamos de hacer es el resultado de una decisión que tomamos de forma consciente o inconsciente.

Decídete a tomar buenas decisiones en lo que comes y en lo que haces.

Si tomas buenas decisiones con tu hambre y con tu cuerpo, vas a tomar buenas decisiones en las otras áreas de tu vida.

Paso 6. Mientras comes, ponle atención a tu hambre.

Come despacio y monitorea tu hambre, ponle atención a tu comida, disfrútala y celebra este maravilloso momento en el que te estás nutriendo.

Pregúntale a tu estómago ¿cómo me siento?, ¿sigo con hambre?, ¿cómo ando de energía?

Esto es que vayas monitoreando el hambre.

¿Tienes más energía que cuando te sentaste a comer?, ese es el momento de dejar de comer.

Ponle atención a tu comida, a tu cuerpo, a tu nutrición.

Paso 7. Analiza los resultados de tus decisiones.

Después de comer analiza, ¿cómo te sientes?, ¿cómo está tu nivel de energía?, ¿disfrutaste?, ¿te sientes ligera y sin hambre o pesada y muy llena?

Haz este análisis inmediatamente después de comer y unas dos horas después.

Cuando hacemos conscientes los resultados de nuestras decisiones tomamos mejores decisiones cada vez.

Si no lo haces no va a cambiar nada.

Hacer esto es un cambio muy pequeño, pero a mucha gente le da flojera hacerlo, ¿sabes por qué?, ¡porque no creen que pueda dar resultados!

Es increíble, pero a pesar de que muchas personas llevan años haciendo dietas de hambre y ejercicio como locas SIN tener resultados ¡siguen haciendo lo mismo!

Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes.

Llevamos muchos años con creencias falsas que no sólo no nos permiten bajar de peso sino que hasta nos enferman, es momento de honrar tu cuerpo, honrar tu hambre y hacer las cosas de una forma diferente, te garantizo que así vas a lograr resultados diferentes.

Renata

Esta entrada tiene 18 comentarios

  1. Laura

    Muchas gracias me resulto muy interesante este artículo nunca antes lo había pensado así. Gracias

    1. Renata Herrera

      Laura:
      Me da mucho gusto que te haya interesado, el verlo nos ayuda a mejorar nuestra relación con la comida, abrazo

      1. Nidian Muñoz Seguel

        Buenas tardes.
        Cuando tengo hambre, primero me preparo un té o saco una fruta, si no pasa, me siento a meditar o respirar, para ver que me produjo la sensación de hambre.
        A veces con un vaso con agua con limón o sola, se pasa esa sensación de vacío.
        Gracias.

        1. Renata

          Es una maravilla lo que haces!! continua trabajando así, te envío un fuerte abrazo

      2. Elida Hinojosa Morales

        muy interesante información pues es cieto cuando uno no descansa lo suficiente y no duerme bien el cuerpo nos pide comida. gracias por la información

        1. Renata

          Así es, el cuerpo reacciona a lo que hacemos, escucha a tu cuerpo, besos

  2. Yuliana

    Renata eres una heroína
    que bueno tener esa mentalidad tan consciente muy pocos saben dominar su mente y cuerpo muchas gracias por compartir lo bueno que es cuidar el templo de Dios que es nuestro cuerpo . Dios nos ayude a conseguir esa meta . un saludo desde Colombia Quindío , Montenegro. Jesucristo la guarde a ti y tu familia.

    1. Renata

      Hola!! gracias por tus palabras, es un gusto poder aportar, bendiciones.

  3. Carolina

    Que información tan interesante, me llegó justo cuando la necesitaba,, pues estaba diciéndole a mi hija que sentía hambre y no sabía porque si había desayunado muy bien, me ayudó bastante los puntos que mencionaste aunque me costó un poco de trabajo identificar mi “hambre “, y también me ayudó bastante los ejercicios de respiración, gracias de verdad por tan excelente información

    1. Renata

      Me da gusto saber que te he podido ayudar un poco, me inspiras a prepararme más cada día para darles la mejor información. beso

  4. Rosa

    me parece una informacion excelente que no conocia pero que me puede ayudar mucho en entender mi hambre
    muchisimas gracias Renata

    1. Renata

      Es un gusto, te envío un fuerte abrazo, besos

  5. María

    Necesito estos consejos porque a veces termino de comer y ya tengo hambre otra vez, muchas gracias Renata, un abrazo 🤗

    1. Renata

      Si eso te pasa debes analizar qué es lo que comes y cómo está tu nivel de estrés, cuando comemos mucha azúcar o harinas nos da hambre al poco tiempo de haber comido, y lo mismo pasa con el estrés, beso

  6. Mireya

    Buen día. gracias por toda la información que nos envías. Es interesante este tema, no tenia el conocimiento, me sirve de gran apoyo para cuidar mi salud y mi peso.

    1. Renata

      Es un gusto, estoy para ti, te envío un fuerte abrazo.

  7. Elena Vargas

    ¡Qué tal éstas maravillosas palabras ! Agradece que tienes hambre, eso es síntoma de que estás viva y sana….Son maravillosas y efectivamente no había caído en cuenta de esto, pase por una etapa de ansiedad en la que no podía comer bocado y no por que no tuviera o sintiera hambre, simplemente mi estomago no me lo permitía, lloraba literal¡ cuando comía y apenas podía hacerlo, fue horrible llegué a pensar que no podría volver a comer..gracias a Dios pude superarlo y maravillada con la información que comparte…gracias,gracias,gracias.

    1. Renata

      Qué bueno que ya estás bien! y es que eso pasa, no nos damos cuenta de que cuando no tenemos hambre es porque estamos enfermando!! beso

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