Agua fría:
- Estimula las defensas
- Reafirma la piel
- Mejora la circulación
- Aumenta la energía
- Disminuye inflamaciones
- Estimula el sistema linfático
- Mejora el sueño
Agua caliente:
- Relaja los músculos
- Alivia la tensión y dolores musculares
- Elimina toxinas de la piel
- Abre los poros
- Ayuda a dormir