La grasa saturada es la más controversial de la grasas y la más estudiada por sus efectos en la salud. Las organizaciones de salud siguen sin ponerse de acuerdo en cuánta grasa saturada es la que se debe comer pero en lo que ya están de acuerdo es en los beneficios que tiene el comerla.
La grasa saturada es el ejemplo perfecto de que el veneno está en la dosis.
La grasa que conocemos como grasa buena es la grasa no saturada (monoinsaturada y poliinsaturada) y lo ideal es que la mayor parte de las grasas que comamos sean grasas no saturadas por todos los beneficios que ofrecen.
Mitos y realidades.
1. Mito: La grasa saturada es la causante de las enfermedades del corazón.
Realidad: Las investigaciones ya demostraron que no hay relación directa entre el consumo de grasas saturadas y las enfermedades cardiacas.
2. Mito: Comer grasa te hace acumular grasa.
Realidad: Aun cuando la grasa nos da más calorías por gramo que otros alimentos, cuando comes grasa quedas más satisfecho lo que hace que comas menos. Por otro lado la grasa no sube el nivel de insulina por lo que la comida no se almacena como grasa.
3. Mito: los alimentos altos en grasa saturada no son sanos.
Realidad: Algunos no son nutritivos pero hay muchas fuentes de grasa saturada que no sólo son nutritivas sino que son indispensables para mantener la buena salud.
Beneficios de las grasas saturadas.
1. Forman la estructura de la membrana celular.
La membrana celular es la responsable de proteger la célula y la salud de la células depende de que la membrana esté sana. La estructura de todas nuestras células está formada en un 50% de grasa saturada (estudio), esto hace que la grasa sea indispensable en nuestra dieta
2. Mejoran la función del cerebro.
Algunas grasas saturadas como el aceite de coco han demostrado que mejoran la habilidad mental ya que sus ácidos grasos protegen el cerebro, especialmente de problemas neurodegenerativos como el Alzheimer (estudio).
3. Reduce el riesgo de infarto cerebral.
Este tipo de infartos suceden cuando alguna vena que lleva oxígeno y nutrientes al cerebro se bloquea o se rompe. Cuando eso pasa, una parte del cerebro deja de recibir sangre y oxígeno por lo que las células de esa zona se mueren.
Muchos estudios están ya relacionando el consumo de grasas saturadas con un menos riesgo de infarto cerebral (estudio).
4. Sube el nivel de colesterol bueno (HDL).
Los niveles altos de colesterol LDL son los que pueden engrosar la pared interna de las venas y llegar a bloquear el flujo de la sangre lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiacas. El tener niveles altos de colesterol bueno (HDL) ha demostrado que reduce el nivel de enfermedades coronarias; la grasa saturada sube el nivel de HDL.
5. Es la grasa ideal para cocinar a altas temperaturas.
Con el calor muchos aceites se oxidan; no sólo pierden sus propiedades sino que al comerlos hacemos que nuestro cuerpo produzca más radicales libres lo que nos puede llevar a enfermedades peligrosas como cáncer o diabetes (estudio). El punto de humo de humo de un aceite es la cantidad de calor que aguanta antes de empezarse a oxidar. El aceite de oliva y demás grasas no saturadas tienen un punto de humo muy bajo mientras que el de la grasa saturada es alto. La grasa saturada es muy estable a altas temperaturas lo que la hace la grasa ideal para cocinar. Los aceites vegetales hidrogenados, que son los que todos conocemos y con los que la mayor parte de las personas cocinan soy bastante peligrosos para la salud, lo mejor es evitarlos por completo, lee aquí acerca de estos Aceites vegetales malignos.
Las mejores fuentes de grasa saturada.
1. Aceite de coco, busca que sea orgánico y revisa la etiqueta para que su único ingrediente sea “aceite de coco”, debe de ser sólido a temperatura ambiente.
2. Ghee, conocida también como mantequilla clarificada. Busca la versión hecha con leche de animales de libre pastoreo criados con pastura y sin antibióticos (orgánica).
3. Chocolate amargo, cono 70% o más de cacao y sin azúcar. Igual que con los lácteos trata de que el chocolate sea de la mejor calidad posible.
4. Carne de res, pero sólo si es de animales de libre pastoreo, criados con pastura y sin antibióticos ya que la grasa de esta carne es esencialmente omega 3; cuando los animales son de corral y alimentados con grano la calidad de la grasa es completamente diferente y no es recomendable comerla.
5. Lácteos, idealmente de leche entera y orgánica. Esto incluye leche, queso y mantequilla.
6. Huevos, idealmente también orgánicos.
La recomendación es que la grasa saturada no represente más del 10% de las calorías que comemos todos los días.