Sufrir engorda. Por eso es importante darnos cuenta de que parte de nuestro sufrimiento es inevitable, sí la mayor parte del sufrimiento es opcional.
Sufrimiento
Puedes estar un poco triste porque tu cuerpo de 50 años no es el mismo que tu cuerpo de cuando tenías 25 años. Has subido de peso y te sientes menos ágil, esto es normal, pero si eso es algo que realmente te frustra estás escogiendo sufrir al reaccionar así ante algo que es inevitable.
Todas las personas entendemos que eso es ilógico que no podemos parar el paso del tiempo, pero muchas personas, aunque lo entienden, sufren muchísimo por eso, este sufrimiento es opcional.
El sufrimiento opcional es lo que le “agregamos” a las cosas que pasan.
Una gran parte del sufrimiento y de la felicidad vienen de nuestra actitud mental hacia lo que pasa, y no de lo que pasa en realidad.
Y pasa lo mismo con la felicidad, si para nosotras el peso tiene mucho valor, nos vamos a poner felices con bajar un kilo, y de la misma forma vamos a sufrir mucho al subir 1 kilo. Mientras que para otra persona subir o bajar un kilo no son motivo ni de tristeza ni de felicidad. Todo depende de cómo reaccionemos ante una situación.
El sufrimiento opcional lo podemos controlar, es el que viene de nuestra reacción a la situación.
Con el tema del peso hay muchísimo sufrimiento opcional y ese sufrimiento nos lleva a comer de más pues nos genera estrés; en el episodio del podcast ¿Qué es lo que más nos hace subir de peso? te explico bien por qué el estrés es la causa #1 de sobrepeso y obesidad.
Este sufrimiento nos lleva a vivir en un círculo vicioso de sufrir y comer.
Tipos de sufrimiento en relación con nuestro cuerpo
Antes de hablar de cómo evitar el sufrimiento que nos hace subir de peso quiero que identifiques los tipos de sufrimiento más comunes que hay alrededor del sobrepeso y obesidad y veas si alguno aplica en tu caso.
Sufrimiento constante: Vivo sintiéndome restringida, sin importar lo que mucho que coma o lo que coma. Esta sensación la conocemos bien quienes hemos hecho muchas dietas.
Sufrimiento emocional: Me siento sin control frente a la comida o ansiosa porque no puedo controlar la cantidad de comida que como. Me da vergüenza mi cuerpo, me castigo porque como de más, o porque comí chocolate o pan. Tengo la tendencia a repetir patrones de conducta que quiero cambiar y eso me lleva a obsesionarme por lo que como.
Sufrimiento social: Cuando nos sentimos menos, como si fuéramos seres humanos de segunda, por el tamaño de nuestro cuerpo. Hasta evitamos asistir a algunos eventos porque no nos gusta cómo se nos ve la ropa; no estamos cómodas frente a otras personas.
Sufrimiento financiero: gastamos de más en dietas, libros de ejercicio y remedios milagrosos como masajes carísimos para “deshacer la grasa”, o inyecciones y pastillas con precios ridículamente caros y cada año gastamos más y más en cosas que no nos han servido nunca, pero lo hacemos creyendo que “ahora sí, esta es la buena”. Este nos deja más tristes y con menos dinero.
Sufrimiento físico: Cuando te sientes pesada, cansada, sin energía, o te falta el aire al subir una escalera, etcétera.
Este tipo de sufrimiento nos lleva a vivir en el círculo vicioso de sufrir- comer.
¿Te identificas con algún tipo de sufrimiento?, ¡yo viví varios!
Lo bueno de esto es que nada es para siempre. Todo cambia, el numero que te dio hoy la báscula va a cambiar, tu talla va a cambiar, el hambre que sientes ahora va a terminar, comas o no. Vivimos en un mundo cambiante.
¡Como siempre hay cambio, siempre hay opciones!
No somos víctimas, somos creadoras.
¡Prende la luz!
Cuando ponemos atención a las cosas que suceden podemos decidir como reaccionar ante ellas y guiar el cambio.
Cuando nos subimos a la báscula (cosa que yo no recomiendo, pero es otro tema del que puedes leer en La dieta de la no dieta) y pesamos 2 kilos más que hace una semana, casi todos caemos en la desesperación.
Nos juzgamos duramente, hacemos un análisis rápido de qué fue eso que hicimos mal (qué comimos, qué día no hicimos suficiente ejercicio, etcétera), y ese evento nos puede arruinar el día, ¿estás de acuerdo?
Hazlo de una forma diferente
La siguiente vez que pases por algo así analiza:
¿qué tanto de este sufrimiento es opcional?
Con sólo hacerte esa pregunta ya estás prendiendo la luz de tu conciencia.
Imagínate con una linterna en la mano apuntándole a esas emociones que nacen y viven en la obscuridad y desde ahí “te amargan el día”, una vez que les prendes la luz pierden fuerza.
Al prender la luz podemos ver lo que está pasando en nosotras y podemos tomar la decisión de reaccionar de una forma diferente.
No quiero que niegues lo que sientes, simplemente quiero que lo veas.
Observa esas emociones y pensamientos que te hacen sufrir, obsérvalos con curiosidad como un espectador de la situación.
Te vas a dar cuenta de que tú NO eres esas emociones, tú NO eres esos pensamientos; y con sólo darte cuenta de eso vas a quitarle poder a ese sufrimiento, sin atacarlo, sin juzgarlo, decir “es el colmo que otra vez estoy escogiendo sufrir” ni nada de eso.
Cuando reconoces que tú no eres tus pensamientos, éstos pierden poder sobre ti.
Al observar la emoción le permites expresarse y diluirse. Al hacerlo bajas el nivel de estrés y sin estrés no comes de más, no tienes hambre todo el tiempo, etcétera.
Cuando dejas de sufrir rompes con el ciclo sufrir -comer.
Aprende a distinguir entre una experiencia dolorosa y tu reacción ante la experiencia. Cuando logras esto estas dando el primer paso para liberarte del sufrimiento opcional que nos lleva a comer de más y a subir de peso.
¿Te identificas con algún tipo de sufrimiento opcional?