- Aceptas y amas tus imperfecciones.
- Te ocupas por mantener tu cuerpo sano.
- Tomas buenas decisiones de alimentación.
- Empieza a escuchar los mensajes que te da.
- Reconocer y honras su sabiduría.
- Sanas tu relación con la comida.
- Confías más en ti y en tu intuición.
- Amas tu imagen frente al espejo.
- Llegas a tu peso ideal.
- Eres mucho más feliz.