El metabolismo es la suma de las reacciones químicas del cuerpo más la suma total de nuestras emociones, pensamientos, creencias y experiencias.
Esto es lo que determina si nuestro metabolismo es lento o no.
Acuérdate de la última vez que comiste bajo un estado de estrés o de ansiedad.
Te puedo asegurar que tuviste síntomas como dolor de estómago, agruras, acidez, gases, cólicos o algún otro problema digestivo además de mucha hambre.
Cuando estamos bajo estrés el cuerpo entra en lo que se conoce como estado de luchar o huir, un maravilloso mecanismo de supervivencia que nos salva cuando nuestra vida está en riesgo.
Cuando se activa la respuesta al estrés, la química hormonal de nuestra sangre cambia, y hormonas como el cortisol y la adrenalina se encargan de dosificar la energía disponible para que se use únicamente para salvar la vida.
Con estrés nuestro cuerpo usa la energía de una forma diferente.
La sangre se va principalmente a los brazos y a las piernas que es donde se necesita la energía, y todas las funciones y sistemas del cuerpo que no sirven para salvar la vida se cierran total o parcialmente, por lo que se desacelera el metabolismo.
Buscando ahorrar energía nuestro cuerpo desacelera el metabolismo.
El sistema digestivo se cierra hasta en un 80% pues deja de recibir suficiente sangre; si un tigre te quiere cenar tu cuerpo no va a desperdiciar energía en digerir tu comida.
¿Y si la vida no está en riesgo?
Cuando vas corriendo a tu trabajo con el desayuno en la mano, comiendo a toda velocidad mientras manejas y hablas por teléfono, el cerebro interpreta estrés.
Con estrés, el cuerpo responde siempre activando el programa de “luchar o huir” pues asume que estas frente a una situación de vida o muerte.
Dependiendo del nivel de estrés puedes tener uno o varios de los síntomas que te mencioné antes, esto es porque tu sistema digestivo está total o parcialmente cerrado.
Puedes comer la comida más sana del planeta, pero si la comes bajo estrés, tu digestión va a estar muy comprometida ya que la misma zona del cerebro que activa el estrés, apaga la digestión.
El estrés es un estado natural del cuerpo, pero no es el estado natural del cuerpo.
El estado natural del cuerpo es el estado de relajación.
El sistema nervioso central tiene 2 ramas. La rama simpática que es la encargada de la respuesta al estrés, y la rama parasimpática de la que depende la respuesta a la relajación.
Cuando la rama simpática está dominando la situación, el sistema digestivo está cerrado.
Cuando es la rama parasimpática la que domina, entonces el sistema digestivo está abierto y funcionando perfectamente.
Entre más despacio comas, más acelerado va a estar tu metabolismo y mejora vas a asimilar tus alimentos.
Activar el poder metabólico de la relajación es la mejor estrategia que existe para olvidarnos de los problemas digestivos y también para bajar de peso.
Activa el poder metabólico de la relajación:
El estado en el que comemos es tan importante como la comida que comemos.
Si quieres ver un cambio increíble en tu digestión y hasta en tu peso sigue estos 2 consejos a la hora de comer:
- Respira profundamente antes, durante y después de comer para activar el sistema nervioso parasimpático y para oxigenar toda tu sangre. Un metabolismo activo requiere de mucho oxígeno.
- Come despacio disfrutando de tus alimentos con tus 5 sentidos y mastica bien, para que cada bocado se mezcle perfectamente con las enzimas digestivas de la saliva.
Haz estos 2 pequeños cambios en tu siguiente comida y te garantizo que vas a quedar gratamente sorprendida.