Cuando decidimos que ya es momento de cambiar algo pasa que casi sin darnos cuenta regresamos a nuestros hábitos no deseados, esto NO tiene nada que ver con tener o no fuerza de voluntad.
Después del artículo de “Cómo cambiar tus hábitos no deseados” me han preguntado mucho ¿por qué es tan difícil cambiar los hábitos” y quise hacer este artículo para dejarlo más claro.
Nuestra mente.
Nuestra mente en su programación básica busca:
- Ahorrar toda la energía posible.
- Sobrevivir.
Todos tenemos 2 mentes, la consciente y la inconsciente.
La mente consciente es la mente creativa, es la que aprende cosas nuevas.
La mente inconsciente es donde, entre otras cosas, tenemos todo aquello que ya aprendimos y que ya hacemos bien; es decir, nuestros hábitos.
Para nuestra mente no hay hábitos buenos y malos, simplemente son hábitos y esos hábitos son los que nos han mantenido vivas hasta ahora.
Ahorro de energía.
La mente consciente es la que aprende, la que crea, la que usa la fuerza de voluntad, la que piensa, organiza, planea, revisa, etcétera.
La mente consciente tiene mucho trabajo y ese trabajo requiere de mucha energía.
Cada vez que hacemos algo nuevo, se crean nuevas conexiones de neuronas en nuestro cerebro, entre más las fortalecemos, es decir, entre más repetimos lo aprendido, esas conexiones se hacen más y más fuertes.
Una vez que ya dominamos lo aprendido esas conexiones se activan de forma inconsciente para que las podamos hacer sin que gastemos mucha energía.
Piensa en todas las cosas que haces en automático, casi sin darte cuenta, como lavarte los dientes siempre con la misma mano, bañarte siempre de la misma forma (ya sea empezando con lavarte el pelo o el cuerpo), levantarte y servirte un café o un té casi sin pensarlo, vestirte, arreglarte, lavarte las manos, etc.
Por ejemplo; la forma en la que nos lavamos las manos es un hábito, es algo bien aprendido que nos ha funcionado hasta ahora y nuestra mente consciente no tiene que gastar energía cada vez que nos las lavamos; ese hábito ya está en el inconsciente y se activa cada vez que pensamos en lavarnos o tenemos el jabón en la mano.
Piensa ¿cómo te lavas las manos?, yo siempre tomo el jabón con la mano derecha, lo froto contra mis palmas y paso la mano derecha sobre la mano izquierda siguiendo siempre casi los mismos movimientos, ¿tú cómo lo haces?, porque seguramente lo haces siempre con los mismos movimientos, sin pensar. Eso es un hábito que ya está en tu inconsciente.
Entre el 90 y 95 de nuestro día quien tiene el control de casi todo lo que hacemos es nuestra mente inconsciente.
Casi todo lo que hacemos durante el día es un hábito, algo que ya aprendimos bien y se activa con un disparador como el tener el jabón en la mano.
Cuando aprendiste a lavarte las manos tenías que pensar en cada paso, en tomar el jabón, en mojar las manos, en frotarlo de cierta forma y en hacer una serie de movimientos para que tus manos quedaran limpias, ahora ¡lo haces sin tener que ponerle atención a cada paso del proceso!
Entre más repetimos el hábito más se fortalecen las conexiones neuronales de ese comportamiento lo que hace que podamos hacer la acción sin tener que pensar en cada paso.
Nuestros hábitos realmente dominan nuestro día.
Hormiga y elefante.
Ahora, piensa en tu mente consciente como si fuera una hormiga mientras que tu mente inconsciente es un elefante.
La hormiga está de aquí para allá todo el tiempo, visitando el pasado, solucionando el presente y planeando el futuro.
Aun cuando la hormiga puede estar resolviendo problemas del presente no está en el presente casi nunca, puedes estarte lavando las manos mientras estas platicando con tu hija acerca de lo que debe hacer en la escuela para resolver su problema con la maestra ¿estás de acuerdo?
La hormiga se encarga de la plática con tu hija y gasta mucha energía en pensar la mejor solución, mientras que el elefante se encarga de la lavada de manos, gastando muy poca energía.
El 95% del tiempo el elefante está en control del día a día, del presente real.
¿Por qué es tan difícil cambiar los hábitos?
¿Has visto videos de elefantes enojados? Pues eso es lo que pasa en tu mente cada vez que tu hormiga busca cambiarle un hábito al elefante.
La intención de cambio nace en la mente consciente y al inconsciente no le gustan los cambios.
Cada vez que intentamos hacer un cambio de hábitos alteramos al elefante, porque los cambios representan un riesgo.
Lo desconocido puede ser peligroso y se interpreta como un riesgo, y la función de la mente es alejarnos de cualquier riesgo.
La programación básica es la de mantenernos vivos y sea como sea nuestros hábitos nos han mantenido vivas hasta ahora.
Como para el elefante no hay hábitos buenos o malos, ni entiende ni le gusta que quieras cambiarlos.
Imagina al elefante enojado, ¿crees que la hormiga le puede “ganar” ?, obviamente no.
La hormiga, aunque es muy ágil e inteligente es un millón de veces menos poderosa que el elefante, no importa cuánta fuerza de voluntad use, el elefante siempre le va a ganar.
Cientos de estudios comprueban que la mente inconsciente es 1 millón de veces más rápida y poderosa que la mente consciente.
Si tú quieres cambiar el hábito de dormirte hasta tarde y buscas despertarte de ahora en adelante a las 7 a.m. para ir a hacer ejercicio, es muy probable que en día 2 el elefante ya te haya llenado de excusas por las que no debes hacer ese cambio.
Si cuando suena el despertador piensas cosas como “hoy hace mucho frío, mejor lo hago mañana”, o “no vale la pena, esto no es vida”, o “yo no estoy hecha para levantarme a esta hora”, o “hoy me siento débil, me duele la garganta”, o “es ejercicio está sobrevaluado, yo leí que no sirve tanto como dicen” o cualquier otra excusa que te aleje de tu objetivo, y además empiezas a sentir angustia y ansiedad…es el elefante que está literalmente aplastando a la hormiga.
Si, el elefante es el gran saboteador que todos tenemos que enfrentar cuando queremos hacer un cambio importante en nuestra vida.
Nuestros hábitos están arraigados en nuestra mente inconsciente, se pueden cambiar de la misma forma en la que se crearon que es básicamente con la repetición, reaprendiendo nuevos hábitos, aunque esta es la forma más lenta de hacerlo.
Domando al elefante.
Para mantener tranquilo al elefante hay muchas técnicas, una en la que necesitas ser muy paciente y disciplinada es la que te expliqué en el artículo “Cómo cambiar tus hábitos no deseados”.
Las técnicas más efectivas y rápidas con las que puedes domar al elefante en un solo día son las que te enseño en mi programa “Enamórate de tu cuerpo”.