2018 está ya a la vuelta de la esquina, encuentra aquí 12 tips para no subir de peso en Diciembre y llegar al 2018 relajado y en tu peso.
Empiezan las fiestas de Diciembre y con ellas los eventos de trabajo, amigos y familia. Es difícil no comer un poco de todo lo que nos van a ofrecer y eso hace que generalmente empecemos Enero con unos cuantos kilos de más.
Puedes disfrutar de estas fiestas sin sufrir y sin subir de peso si te preparas para tus eventos decembrinos siguiendo estos consejos.
1. Mastica, mastica y mastica más.
La digestión empieza en la boca. Al masticar bien mezclamos la comida con la saliva y así empezamos a romper el alimento, preparándolo para entrar al estómago; ese es el primer proceso de la digestión.
La comida debe entrar al estómago bien molida, no en trozos, pues el estómago no tiene dientes, y al no masticar bien le estamos dando un trabajo que no le corresponde y que no está preparado para hacer. El estómago, al tratar de deshacer los alimentos, produce más ácido, y eso nos puede inflamar entre otras cosas
Cuando masticas bien comes menos.
La comunicación entre el sistema digestivo y el cerebro no es inmediata. El sistema digestivo mide con la masticación, la cantidad de alimento que está recibiendo, y después de eso le avisa al cerebro cómo va. Si comemos casi sin masticar, la señal de “ya es suficiente” le llegará al cerebro con algo de retraso y eso hace que comamos de más.
Si no masticamos bien dejamos de comer al sentirnos llenos, en lugar de hacerlo al estar satisfechos.
2. Empieza con verdura.
Empieza siempre cualquier comida con un gran plato de verduras. Ya sea una ensalada o sopa de verduras o verduras preparadas, lo que quieras pero procura que tu primer plato siempre sea de muchas verduras. De esta forma vas a comer menos de lo demás y vas a asegurarte de ofrecerle a tu cuerpo un buen plato de vitaminas y minerales, en su forma original, para mantenerlo bien nutrido.
Si estas desnutrido el metabolismo de hace más lento.
3. Come una fruta o ensalada antes de llegar al evento.
Si sabes que vas a ir a un evento en donde las posibilidades de encontrar verdura son pocas, come una ensalada con algunas nueces o una sopa caliente de verduras antes de salir de tu casa. De esta forma llegas con menos hambre, nutres tu cuerpo y no atacas la botana de papas fritas o la canasta de pan. Diversos estudios demuestran que cuando lo haces, comes hasta 20% menos calorías que si no lo haces.
Las típicas preposadas y posadas en México pocas veces tienen algo sano para comer; si no quieres salir arrepentida de tu evento ¡ya conoces el truco!
Cuando llegas con hambre a la mesa comes más carbohidratos simples, que se transforman en grasa.
4. Cuida tu consumo de alcohol.
Antes de llegar decide qué tanto alcohol vas a tomar, hazlo de forma consciente, sabiendo que el alcohol se convierte en grasa de inmediato. Cuando decidimos de antemano qué vamos a hacer en determinadas circunstancias nos vamos programando para hacer exactamente lo que queremos.
Cuando no decidimos de forma consciente lo que queremos podemos terminar con una cruda (resaca) moral y física al siguiente día.
5. Come con conciencia plena.
Disfruta cada bocado conscientemente, con tus 5 sentidos.
Analiza el color, olor, textura, sabor y hasta sonido de los alimentos en tu boca. Trata de identificar los diferentes sabores y condimentos en cada bocado.
Comer con consciencia plena (mindfulness eating)baja de forma importante la cantidad de lo que cuando comes, te hace estar en el presente, aquí y ahora.
6. Disfruta la comida.
Todos los seres vivos estamos hechos para evadir el dolor y buscar el placer, al comer buscamos lo mismo. El cerebro necesita disfrutar y si no cubre su dosis de disfrute, te va a pedir más y más comida. Cuando comes rápido y sin prestar atención no disfrutas el sabor y el cerebro no registra que comiste, es por esto que muchas veces acabas de comer y a los pocos minutos tienes ganas de comer algo más.
7. Come despacio.
No estamos hechos para comer a toda velocidad, esa es una mala costumbre de nuestro agitado estilo de vida y uno de los problemas de comer rápido es que estresamos al cuerpo.
El ser humano tiene una excelente reacción ante el estrés; al sentirlo, todo nuestro cuerpo se activa para salvar la vida. La reacción de cuerpo es la misma cuando comemos rápido. Con el estrés el cuerpo entra en un estado de “pelear o correr” y se prepara para defenderse o para salir huyendo y salvar la vida. En esta preparación cierra todos los procesos que no son indispensables en ese momento, como la digestión.
Cuando la digestión se interrumpe; los nutrientes no se absorben adecuadamente, el cortisol que genera el estrés nos impide sentir el placer de alimentarnos, quemamos menos calorías y al poco rato nos da más hambre.
Deja los cubiertos en el plato entre cada bocado, y disfruta ese bocado con tus 5 sentidos y masticando bien.
Para acelerar el metabolismo hay que comer despacio.
8. Date un respiro.
Un respiro con el olor de la fruta. Varios estudios han demostrado que el olor a manzanas o peras frescas hace que se te antojen menos las comidas azucaradas, pues esos olores hacen que inconscientemente pienses en tomar decisiones de comida más saludable.
9. Plato servido.
Cuando vayas a comer lleva tu plato ya servido a la mesa, aléjate de los platones llenos de comida. Está comprobado que cuando tenemos frente a nosotros los platones con comida consumimos 30% más alimento que si llevamos el plato ya servido a la mesa.
Mide tus raciones. Calcula que el tamaño de tu estómago es más o menos el tamaño de tus 2 manos formando un cuenco. Lo que cabe ahí es lo que cabe en tu estómago sin forzarlo.
Cuando en un evento social no te sirves más de una vez, consumes de 25 a 30% menos calorías que los demás invitados.
10. Mantente hidratado.
Toma mucha agua sola. Entre otros beneficios, el agua es un supresor natural del apetito, te quita el hambre. También te ayuda a la digestión, te da energía y al tomarla quemas hasta un 30% más de grasa en las siguientes 2 horas.
11. Come grasas sanas.
Por un lado mejoran el sabor de la comida y eso ayuda a que el cerebro tenga su dosis de placer, y por el otro mejoran la absorción de nutrientes pues las vitaminas liposolubles no se pueden absorber si no hay grasa presente.
Incluye las grasas de forma moderada en tu comida pues gramo por gramo engordan más que las proteínas y los carbohidratos.
12. Cambia tu forma de pensar.
Hay varios estudios que demuestran que nuestros pensamientos nos hacen engordar.
En un estudio le dieron a 2 grupos de personas el mismo licuado. A un grupo le dijeron que tenía más calorías de las que realmente tenía y al otro le dijeron que tenía menos de las reales. El grupo que pensó que estaba comiendo más calorías se sintió lleno sin haberse terminado el licuado y siguió así por varias horas. Pero la respuesta no fue únicamente mental, cuando analizaron los niveles de Leptina (hormona de la saciedad) y Grelina (hormona del hambre), los niveles de Leptina habían subido y los de Grelina bajado mucho más en el grupo que pensó que estaba comiendo más calorías, que los del grupo que creía que estaba tomando un licuado de pocas calorías. ( Lee el artículo Domina tu mente, transforma tu cuerpo para ver el estudio completo).
Estos estudios demuestran que el cuerpo no sólo responde a lo que comes sino a lo que crees que comes, la mente es más poderosa que la comida.
Por esto es muy importante tu relación con la comida. No veas la comida como lo que te va a hacer engordar sino como una aliada que te nutre. No es compañera, no es premio ni es castigo; simplemente está ahí para nutrirte y cuidarte.