¿Por qué nuestras creencias nos pueden enfermar y engordar?

¿Por qué nuestras creencias nos pueden enfermar y engordar?

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El metabolismo nutricional no depende solo las vitaminas y nutrientes que el cuerpo necesita, también depende de nuestra relación con la comida, que es la suma de nuestras creencias y emociones acerca de lo que comemos.

 

Nuestra relación con la comida.

 

No todas las personas vemos, pensamos y sentimos lo mismo cuando estamos frente a un plato de comida.

 

Nuestras creencias, emociones y vivencias hacen que todos metabolicemos la comida de forma diferente.

 

Un plato de pasta puede ser el enemigo que me hace engordar para alguien que busca bajar de peso, o la energía indispensable para alcanzar su meta para una persona que va a correr un maratón, un apapacho para quien va a comer la pasta que ama que prepara su mamá, o un plato de calorías vacías para quien se enfoca únicamente en la nutrición.

Lo increíble es que cada una de estas personas va a metabolizar de forma diferente ese plato de pasta, y eso depende de sus creencias y emociones.

 

Lo que creemos y pensamos acerca de la comida puede determinar de forma muy importante el valor nutricional y el efecto que esa comida va a tener en cada persona.

 

Nuestro cerebro.

 

Nuestro cerebro se comunica continuamente con nuestro sistema digestivo a través del sistema nervioso entérico.

Digamos que estás por comerte una galleta.

La idea y la imagen de esa galleta llegan a la corteza del cerebro.

A partir de ahí, la información se transmite electroquímicamente al sistema límbico que es el que regula las emociones y otras funciones como el hambre y la sed.

Dentro del sistema límbico está el hipotálamo, que integra las actividades de la mente con la biología del cuerpo.

Es decir, el hipotálamo traduce la información de un pensamiento, idea o creencia en respuestas fisiológicas dentro de nuestro cuerpo y eso hace que el cuerpo se prepare para recibir la galleta.

Si te sientes culpable por comerte esa galleta y te juzgas porque no tienes la fuerza de voluntad para no comerla, te estresas.

El hipotálamo toma esas señales de miedo, y las envía a través de la rama simpática del sistema (RS) nervioso autónomo.

 

De esta forma, a través del eje HPA (Hipotálamo, Pituitaria, Adrenal) entramos en el modo de luchar o huir en donde nuestro cuerpo cierra total o parcialmente el sistema digestivo.

 

Si quieres saber más del efecto del estrés en tu cuerpo lee: ¿Sabías que el estrés es la causa #1 de sobrepeso y obesidad?

Es decir que vas a comer la galleta, pero no la vas a metabolizar con todo el poder de tu sistema digestivo.

Esa galleta va a pasar más tiempo del que debería en el sistema digestivo, lo que va a lastimar las bacterias del intestino por lo que muchas sustancias tóxicas entran a la sangre.

Las señales que llegan por la RS hacen que suban los niveles de insulina y cortisol, por lo que una gran parte de esa galleta se va a almacenar como grasa en todas las células del cuerpo, también disminuye la capacidad del cuerpo para quemar calorías, por lo que no vas a quemar las calorías que debes quemar de esa galleta.

 

Los pensamientos que tienes acerca de la comida se convierten en una realidad en tu cuerpo.

 

Nuestro cerebro no distingue entre un estresor real y uno no real, y para nuestro cerebro, lo que estamos pensando es tan real como lo que estamos viviendo.

Por ejemplo: Si alguien te agrede te estresas, si te pones a pensar en esa persona que te agredió hace años, también te estresas de la misma forma o hasta más.

 

La culpa y el juicio acerca de la comida o de nuestro cuerpo, son estresores para nuestro cerebro y se reflejan en el cuerpo.

 

Puedes comer un plato de brócoli, pero si crees que ese brócoli te va a hacer mal porque no es orgánico, o porque alguien te dijo que es inflamatorio y lo crees, tu cuerpo va a responder de acuerdo a tus pensamientos.

Por otro lado, si te comes la galleta con tu cabeza y corazón en el lugar indicado, por ejemplo, porque vas a disfrutar la galleta que con tanto amor te prepara tu hija, o porque es tu galleta favorita, vas a metabolizar esa comida de una forma completamente diferente:

Con el sistema digestivo trabajando con todo su poder.

 

Hay comida que nutre el cuerpo, otra simplemente nutre el alma.

 

Efecto placebo

 

El efecto de nuestra mente sobre el cuerpo se ha demostrado en muchos estudios, pero uno de los que más me gusta fue el que se hizo con pacientes a los que dividieron en 2 grupos.

A ambos grupos se les dijo que iban a probar un medicamento para cáncer, y que uno de sus efectos secundarios podía ser la pérdida de pelo.

A un grupo le dieron la medicina real y al otro un placebo, es decir, recibieron la supuesta dosis del medicamento, pero no contenía el ingrediente activo, era pura agua que no los iba a dañar, pero que no contenía medicamento.

Nadie se asombró cuando al 74% de los pacientes que recibieron la medicina real se les cayó el pelo, lo que sí asombró fue ver que el 31% de los pacientes que recibieron el placebo también perdieron el pelo.

La mente es poderosa, quienes creyeron que estaban tomando el medicamento real perdieron el pelo, a pesar de no estar recibiendo nada que pudiera tener ese efecto secundario.

Los investigadores estiman que entre el 35 y 45% del efecto de los medicamentos de receta, se debe al efecto placebo, a que el médico o alguien te dijo “este medicamento te va a servir para X cosa” y lo creíste, por lo que tu mente potencializó o hasta creó el efecto del medicamento.

Lo más increíble es que estiman que el 90% del efecto de los medicamentos de libre venta (los que conocemos bien como antigripales o analgésicos que compramos sin receta médica), se debe al efecto placebo.

 

Si la mente pudo hacer eso, ¿qué crees que pasa cuando comes un pastel pensando que te va a engordar más de lo que pesa el mismo pastel?

 

Hemos asociado la comida con muchas creencias, algunas pueden ser ciertas, pero al hacerlo potencializamos el efecto real de la comida sobre tu cuerpo; efecto placebo.

Creencias como:

  • La grasa que como me sube el colesterol.
  • La yema del huevo es pura grasa que me va a hacer engordar.
  • Las verduras crudas me inflaman.
  • La fruta es mala.
  • La sal me hace daño.

Y demás creencias falsas o no que tenemos acerca de la comida, nos llevan a metabolizar esa comida de forma diferente.

 

Estas creencias marcan de forma importante la relación que tenemos con nuestra comida.

Si lo crees lo creas.

 

La realidad es que la comida no tiene personalidad, no hay comida buena o mala, solo hay comida que nutre y comida que casi no nutre, y gran parte de ese poder nutritivo depende de tus creencias y emociones alrededor de la comida.

Con esto no te digo que nos podemos llenar de comida que no nutre, somos más inteligentes que eso ¿estas de acuerdo?, solo que la relación que tienes con tu comida, impacta de forma importante el cómo vas a metabolizar esa comida.

Esta entrada tiene 14 comentarios

  1. Miriam López Rojas

    Excelente información,en mi caso el año pasado tuve presión muy alta, ahorita ya está controlada, tomaba varios medicamentos, ahora solo uno, salgo a caminar diario y ya como verduras (cosa que no hacía)ya le he agregado sal a mis comidas y mi presión sigue estable,el médico me mandó con la nutrióloga y al principio baje peso pero muy poco y las dietas me estrasaban porque siempre tenía hambre, ahora que sigo tus consejos no hago dieta,no me estreso y sigo bajando peso, gracias

    1. Renata

      Me da muchísimo gusto saber esto, felicidades por todo lo que has logrado, beso!!

  2. Vanessa Hernández

    Estoy aprendiendo mucho de mi cuerpo con toda la información que nos regalas y lo más maravilloso estoy logrando tratarme de una forma mas amorosa paso a paso voy dejando atras los juicios, críticas y cualquier tipo de maltrato a mi persona solo puedo decirte. Gracias, gracias, gracias!!! Dios te bendiga!! 🙏🌷

    1. Renata

      Es un placer poder ayudar un poco en este camino del Bienestar Infinito, felicidades por todo lo que has logrado en este camino de amor a ti misma, beso

  3. Salomon Jasso

    Muy de acuerdo contigo Renata, que dios te bendiga por tu gran labor…saludos

    1. Renata

      Mil gracias!! abrazo

  4. Maria Libia cortes

    Me gustó está información pues no sabía eso y lo boy a tener en cuenta pues dejo de comer muchas cosas por temor a engordar me más muchas gracias. Rentas q Dios la bendiga

    1. Renata

      Me da gusto que decidas hacer ese cambio, ya lo viste, el miedo a engordar engorda, beso

  5. Mari

    vamos a poner en práctica eso que hoy leí, en la mayor parte del tiempo esa es mi situación, como algo y me siento culpable por creer que eso me hará engordar. Gracias¡¡¡

    1. Renata

      Es momento de hacer un cambio de creencias, la culpa engorda más que la dona! beso

  6. Personalmente cuando veo platos rebosando de comida o lo que muestras en las páginas, se me quitan las ganas de servirme. En general me sirvo de todo pero en cantidad moderada, la comida entra por los ojos y el olor para mí. Nunca he tenido problemas de peso, ahora con la edad he bajado porque durante la pandemia cocine muy poco.Por indicación médica debo recuperar el peso que siempre he tenido, estoy con tratamiento. Graciela

    1. Renata

      No dejes de asistir con tu médico y claro, si la comida visualmente no se ve bien o rica es dificil consumirla. Come grasas buenas y comida real, eso te va ayudar a mantener tu peso.

  7. Eva

    Buen día, que buena la información, siempre es bueno no fanatizar los cambios . Saludos

    1. Renata

      Buen día, gracias. Exacto, saludos.

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