Todos sabemos que el ejercicio y la meditación son 2 excelentes prácticas para tener un cuerpo y mente sanos. No podemos negar que practicarlas nos brindan excelentes resultados para tener una mejor calidad de vida cada día, pero alguna vez ¿has pensado en juntarlos para lograr que sean prácticas complementarias?.
Muchas veces invertimos una gran cantidad de energía y de tiempo para moldear el cuerpo, pero no para moldear la mente. El problema con esto es que olvidamos que todo lo que hacemos empieza en la mente. Para lograr cualquier cosa hay que pensarla primero; antes de pararnos por un vaso de agua nos llega el pensamiento de “tengo sed, quiero agua”, incluso si lo hacemos inconscientemente el pensamiento estuvo ahí antes que la acción.
Nada se logra sin que la mente esté involucrada en el proceso y en la meta.
Con el ejercicio pasa lo mismo, nuestro entrenamiento empieza también en la mente, con un pensamiento, y podemos mejorar radicalmente los resultados si involucramos al 100% nuestra mente en el proceso y en el resultado.
Cuando entrenamos viviendo el momento presente los resultados se maximizan.
Podemos ir horas y horas al gimnasio o correr kilómetros y kilómetros, pero si no involucramos al 100% nuestra mente y la enfocamos en el proceso, los resultados van a ser bastante pobres.
Pasamos mucho tiempo perdidos en nuestros pensamientos pasados o futuros sin estar presentes en el aquí y ahora, aunque sabemos que la clave para el bienestar es estar en el momento presente. Esto de vivir en el presente suena muy bien, pero muchas veces no sabemos cómo lograrlo; ¿cómo puedes hacer que tu mente deje de divagar y esté en el momento presente junto con tu cuerpo?… meditando.
Cuando juntamos la mente con el cuerpo en el mismo momento los resultados son sorprendentes.
Todas nuestras experiencias son moldeadas por nuestra mente y si estamos en el momento presente al vivirlas, la calidad de cada experiencia y los resultados van a ser mejores.
La mente y el cerebro tienen la capacidad de cambiar el cuerpo físico y al unir estas 2 prácticas puedes mejorar los resultados del ejercicio.
1. Medita antes de hacer ejercicio.
Al meditar logras una relajación profunda; descansas mucho más profundamente que cuando duermes y como después te sientes más despierto y lleno de energía estás en el momento ideal para hacer ejercicio.
Una meditación en la que cultivas el estar presente, aquí y ahora (mindfulness) antes de hacer ejercicio, te ayuda a estar presente en tu entrenamiento, aprovechándolo al máximo y disfrutando cada momento. Mejora tu salud y tu vida en todos los aspectos.
El mindfulness no sólo te ayuda a nivel mental sino que también mejora la función de las mitocondrias, acelera el metabolismo y reduce las respuestas inflamatorias (estudio), lo que te hace mucho más eficiente a la hora de entrenar.
2. Medita para quitar los dolores del ejercicio.
La meditación con conciencia plena ha demostrado también ser más efectiva que la morfina para controlar el dolor. Al meditar con esta técnica te centras en las sensaciones de tu cuerpo, lo escuchas, y esto permite que la sensación de dolor baje de intensidad e incluso que desaparezca.
Las personas que meditan cuando tienen dolor, sienten reducción en la intensidad del mismo; y sin importar si el dolor es o no muy intenso éste les afecta menos en su vida diaria que a quienes no meditan. (resumen) (estudio), (estudio).
En la siguiente entrada de blog, que estoy publicando también hoy, vas a encontrar una rápida meditación para quitar el dolor.
3. Medita para mejorar tu técnica.
Los grandes jugadores de tenis y futbol graban sus entrenamientos y revisan los videos, analizan sus errores de técnica y después de hacerlo se visualizan haciendo lo mismo pero sin errores; esta es una práctica común en los entrenamientos de estas grandes figuras para corregir y mejorar su técnica.
Siempre hay algún ejercicio que nos cuesta más trabajo, ya sea por intenso o porque no logramos hacer la posición correcta. Para mejorar la forma en la que haces tu rutina visualízate haciéndola correctamente varias veces. Después de visualizarla hazla, y desde el primer día vas a lograr mejores resultados pues al meditar logras cambios físicos en el cerebro que te permiten mejorar el aprendizaje y la memoria, habilidades que te sirven en tu entrenamiento (estudio), (estudio)
4. Medita para escuchar tu cuerpo.
Hace poco tuve un fuerte dolor de espalda baja que me duró varios meses, medité todos los días y lo tenía bastante controlado, pero de repente regresaba. En una de mis meditaciones, reconociendo la sabiduría de mi cuerpo, le pregunté ¿qué necesitas que haga para estar bien?, no obtuve respuesta inmediata pero por un par de días seguí haciéndole a mi cuerpo la misma pregunta.
En contra de todas las recomendaciones, a los pocos días de estar haciéndome la pregunta en mis meditaciones, decidí que quería dar un salto en mi entrenamiento con pesas y cambié toda mi rutina para darle prioridad a cargar peso; incluso le pedí al entrenador de mi gimnasio que me guiara para dar ese salto y romper el techo que ya había alcanzado para poder cargar más. Obviamente él estaba preocupado por mi espalda, pero yo le quité la preocupación y me dejé guiar por mi cuerpo.
En menos de 2 semanas de entrenamiento enfocado en cargar más peso del habitual, llegué estar 100% sin dolor y ya nunca regresó. La respuesta a mi pregunta no me llegó como solución al dolor de espalda, sino que mi cerebro mandó la respuesta haciendo que me enfocara en las pesas sin pensar en eso como solución para el dolor. Eso era lo que mi cuerpo necesitaba, cargar más para reforzar los músculos.
Cuando estés en tu meditación escanea tu cuerpo, reconoce que es sabio y sabe lo que necesita y pregúntate qué le hace falta; puedes recibir la respuesta en ese mismo momento o durante los siguientes días; sigue el llamado y te vas a sorprender.
5. Medita durante el ejercicio.
El Mindfulness durante el ejercicio también es posible. Cuando estés haciendo ejercicio relájate y visualiza el resultado que esperas lograr, visualiza el éxito de lo que vas a hacer; de esto ya hablé en la entrada de blog Domina tu mente, transforma tu cuerpo.
Ya que vayas a hacer el ejercicio pon la atención en tus músculos, siente como se estiran y contraen con cada movimiento, o siente los músculos de tus piernas trabajando con cada paso que das, o cada uno de tus músculos guiando la raqueta; adáptalo a lo que necesites.
Enfócate en la respiración, en los latidos de tu corazón, en lo que oyes, en lo que ves.
Sin juzgar, sólo enfócate en el momento presente y en todo lo que estas captando con tus sentidos.
Al momento vas a ver cómo mejora tu entrenamiento.
Charles A. Garfield, en su libro Peak Performance, Mental Training Techniques of the World´s Greatest Athletes (Técnicas de entrenamiento mental de los mejores atletas del mundo), habla de cómo todos los grandes atletas con los que trabajó se relajaban antes de cada ejercicio, se enfocaban en el éxito y vivían en el presente durante su juego o entrenamiento. Con esta técnica todos llegaron a mejorar de forma muy importante su rendimiento y muchos llegaban casi a la perfección entre más la practicaban.
6. Medita después del ejercicio.
El shavasana de la yoga no es únicamente para descansar el cuerpo sino también para que cada asana (posición) se imprima en nuestro cerebro, y para relajar profundamente el cuerpo cansado.
Los beneficios para el cuerpo y el cerebro son increíbles si meditas después de hacer ejercicio; no sólo te ayuda a descansar y a recuperarte del entrenamiento (estudio), (estudio), sino que también hace que lo que acabas de hacer se imprima con más fuerza en tu mente y en tu cuerpo.
Meditar al terminar tu entrenamiento mejora los efectos del ejercicio.
Medita por 5 minutos concentrándote en tu respiración, para lograr una relajación absoluta y consciente. Al hacerlo calmas tu mente, relajas el cuerpo, alivias el estrés, reduces los dolores, la fatiga, la presión arterial e imprimes en tu cerebro el trabajo que realizaste.
Abrazos 😘
Abrazo!! 🤗🤗