Meditar es poner tu atención en algo, ya sea tu respiración, un pensamiento o en la nada.
Para meditar y lograr los beneficios que da la meditación no necesariamente hay que poner la mente en blanco; esta es una creencia que muchas personas tienen acerca de lo que es meditar, y cuando tratan de hacerlo se desesperan y deciden que meditar no para ellos.
Sin excepción, a todos nos hace muy bien meditar.
Se ha demostrado que con cualquier técnica de meditación puedes obtener resultados increíbles para mejorar la calidad de vida. Hay cientos, si no es que miles, de estudios científicos que concluyen que la meditación es de las mejores cosas que podemos hacer diariamente por nosotros mismos y por la gente que nos rodea.
La meditación es una poderosísima herramienta para sanar mente, cuerpo y espíritu.
Meditar no es sólo sentarse con piernas cruzadas y ojos cerrados; puedes meditar al hacer ejercicio, al lavar los platos o al bañarte. Con práctica puedes lograr que casi todo lo que hagas sea un momento de meditación que mejore tu vida, que te permita profundizar en tu espiritualidad y que te lleve a vivir en el momento presente.
Puedes meditar simplemente creando un espacio en el que enfoques la mente en cosas positivas que te hagan bien, pero siempre es mejor usar técnicas estudiadas que te den guía de cómo hacerlo. Algunas de esas técnicas son de las que vamos a platicar en este blog; vamos a ahondar más y más en ellas para aprender a usarlas y alcanzar nuestras metas de salud; físicas, mentales y espirituales.
Al meditar en la vida que quieres puedes crear el futuro que sueñas.
Antes de sentarte a meditar escoge el lugar adecuado, revisa tu posición, ponte ropa cómoda y abre tu mente. Lee los 7 consejos para antes de meditar y así te preparas física y mentalmente para la maravillosa experiencia.
Meditando.
1. La intención.
Antes de sentarte a meditar ten clara cuál es tu motivación para hacerlo hoy. Puedes meditar para bienestar general o para liberarte del estrés o para crear tu futuro, para ser una persona más amable y feliz, etcétera. El punto de la meditación es enriquecer tu vida y la de los demás, mejorando tu actitud y creciendo tus aptitudes de forma positiva todos los días. Como dice Joe Dispenza; que la persona que se levante de la meditación sea diferente a la que se sentó.
2. Relájate.
Entre más relajado estés más rápidamente vas a absorber los beneficios. Hay varias técnicas de relajación, una muy efectiva es respirar profunda y lentamente revisando cada parte de tu cuerpo para relajarla; ya sea de la cabeza a los pies o de los pies a la cabeza.
Algunas veces te puede costar trabajo relajarte, no te estreses; con la práctica diaria y va a llega el momento en que te vas a empezar a relajar con el simple hecho de sentarte en tu lugar de meditación.
3. Técnica.
También hay varias técnicas y formas de meditar. Puedes hacerlo con o sin música, con los ojos cerrados o abiertos, sentado o parado, inactivo o en movimiento. Todas sirven y si las practicas vas a encontrar las que más te funcionan a ti. Más adelante voy a platicar de mis técnicas de meditación; técnicas propias que he desarrollado a través de los años de meditar.
4. Agradece.
Al terminar una meditación siempre agradece profundamente la experiencia. Puedes agradecerle a Dios si eres creyente, a Jesús o a la Virgen si sientes más afinidad con ellos o al universo, a la vida, a la naturaleza o a una versión más sabia de ti mismo. El agradecimiento es una de las emociones más poderosas que hay; al agradecer, la frecuencia de los átomos de tu cuerpo literalmente cambia, por lo que tu cuerpo vibra en una frecuencia mucho más elevada.
5. Medita diario.
Sin importar qué técnica uses acostúmbrate a meditar diario, de preferencia en las mañanas. En cuanto te despiertes ve al baño, toma un poco de agua y medita. Evita revisar tu teléfono, computadora y demás electrónicos antes de meditar.
Hazlo diario aunque no tengas ganas de hacerlo. Hay días en que no vas a tener ganas de meditar, igual que hay días en que no tienes ganas de bañarte o de peinarte pero hazlo de todos modos para formar el hábito, una vez que lo tengas no vas a pensar siquiera en salir de tu casa sin meditar antes.